En vez de seguir el recorrido de seguridad normal, la electricidad pasa por el cuerpo de una persona para llegar a la tierra. Por ejemplo, un aparato defectuoso puede provocar un fallo a tierra. Una toma GFCI no protege contra las sobrecargas de circuitos, los cortocircuitos ni las descargas. Por ejemplo, puede sufrir una descarga si toca los cables desnudos mientras está de pie en una superficie no conductora, como un suelo de madera.